viernes, noviembre 26

Carta de Olga Lozano Gombault artista

Olga y Manuel Lozano Gombault

 
retrato de Olga Lozano Gombault

(Buenos Aires)

Olga Lozano Gombault, artista plástica y diseñadora, madre del escritor Manuel Lozano Gombault, escribió antes de su muerte una carta dirigida a su hijo, que compartimos ahora con los lectores.


Olga Lozano Gombault en su juventud


Retrato de mi madre con sombrero neblinoso, realizado por Olga Lozano Gombault 

dibujo realizado por Olga Lozano Gombault
a los siete años 


Carta a Manuel Lozano Gombault

San Francisco, Córdoba, 3 de junio de 2019

 

Queridísimo hijo: 

Desde el mismo momento en que empezamos a buscarte con papá (después de nueve años y en un lapso de uno), supe, con esa percepción tan ancestral que albergamos las mujeres, que serías una criatura maravillosa. Lo fuiste y llegaste esa noche invernal del 15 de junio, ¡nada más ni nada menos que el Día del Libro!, con esos ojos del color de la piedra lunar y la sonrisa insoslayable abriendo mundos verdaderos. Ahora sos un hombre maravilloso.

Vos sabés que no acostumbro a edulcorar o elogiar a nadie porque sí, y mucho menos a un hijo. Pero hoy necesito dejar constancia de todo el amor que me profesaste a lo largo de la vida y el poco, quizá, que pude devolverte.

Acá, en la dura cama de la clínica, a un día de mi operación de cadera, tengo los tres libros que me dejaste en la mesita de luz: "Confianza en uno mismo", de Emerson, las obras completas de Federico (García Lorca), y esa estupenda Biblia del S. XIX que no sé dónde conseguiste.

Sí, ya lo sé, vos conocés los más insólitos recovecos de Buenos Aires y de París, consiguiendo "joyas" invaluables, especies de zafiros que pueden llegar a enceguecerte.

La literatura debe enceguecernos. Me lo enseñaste vos, desde la timidez de tu adolescencia, porque desde la ceguera empieza el despertar.

Hijo mío vos me engedraste a mí, yo fui parida por vos y todo tu arte. Yo desperté.

¿Te acordás cuando leíamos, Corintios 13, la preeminencia del amor, de San Pablo? "Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada".

Hoy recordé el encuentro que tuvimos con la Madre Teresa, junto a tu padre que temblaba de la emoción, en ese aparentemente lejano día de 1980. Nada es lejano. Vos eras un niño y me repetías constantemente: "¡Es una santa, mami, es una santa! ¡Hay una luz que sale desde adentro!"

Tengo que ser cruda y firme: no sé si nos volveremos a ver en este mundo. Si eso pasa, no te acongojés ni llorés. Celebrá ese viaje que estoy comenzando a realizar. Me encuentro en paz con Jesús y conmigo misma. Ya no hay llagas. Pensá que estaré siempre con vos, dentro y fuera de la sangre.

No puedo más seguir por el dolor post-operatorio.

Sólo quiero agradecerte tu infinita ternura y la sabiduría con que me transformaste en un ser pleno. Plenísimo, como solés escribir vos.

Te abrazo fuerte, muy fuerte, a pesar del tiempo, con un abrazo redondo y perfecto como una naranja. Para mí, el amor tiene color. Es anaranjado. Y nadie podrá arrancárnoslo, porque es carne de tu carne, ahora y en el cielo que me espera.

¡Gracias, vida mía, por haberme ofrendado un hijo como vos! El mundo ha empezado a amarte. Y te espera un camino deslumbrante y redentor. Porque antes de ser genial, sos un ser humano íntegro destinado a la perduración y la bondad que, como repetía Beethoven, es la máxima virtud del hombre.

Besos sin fin, mamá

 

 

OLGA LOZANO GOMBAULT, ARTISTA Olga Lozano Gombault nació en San Francisco, Córdoba. Artista plástica y diseñadora, desde su infancia fue alumna, y luego discípula, del pintor impresionista Maestro Pablo Miguel Borgarello, asistiendo a sus clases en "Dopo Lavoro", primero, y luego en su atelier. Posteriormente, cursó seminarios con dos grandes maestros de la pintura argentina: Fernando Fader y Miguel Carlos Victorica. Conoció a Benito Quinquela Martin, quien dijo de ella: "Su belleza física no obstaculiza a sus incuestionables y maravillosos dones plásticos". Años anteriores, había sido vestida, en París, por el mismísimo Christian Dior, quien la alentó a incursionar en el mundo del diseño de modas, arte que ejerció durante décadas. En 1960 obtuvo "La Orden del Mérito Invencible", en Santa Fe, por su obra total. Falleció en mayo de 2019. Es madre del escritor y filósofo Dr. Manuel Lozano Gombault.

el texto de la carta, fotografías e imágenes fueron enviadas por Manuel Lozano Gombault y se publican con su autorización

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