(c) Eugenio Daneri |
Canción del viejo ropero
A mamá, si viviera.
Junto a las enaguas dobladas sobre un estante
mi madre también doblaba su juventud marchita
hasta que su galán, mi padre,
la desposara después de haber cumplido los cuarenta.
Aquel viejo ropero
atesoraba recuerdos de juventud ,
las fotos en sepia de sus mejores amigas.
Las corbatas de mi padre.
Los pomos gigantes de Colonia 1800.
y hasta un viejo sombrero.
Luego vendrían las cosas más pequeñas;
una caja llenita de botones.
Un gallito de plástico con quien jugaba mi hermano
y mis primeros textos escolares.
En el cajón del medio, asomaban en fila los cosméticos;
colorete Tres Flores, un frasco de crema Hinds para sus manos
y un pote de crema para embadurnarse el rostro por las noches,
con la vaga esperanza de retener un poco de juventud.
©René Dayre Abella
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