sábado, septiembre 30

Ángel Menduiña: Poética expositiva de la eticidad social por Por Alejandro Emilio Ramírez Ravelo

 

Alejandro Emilio Ramírez Ravelo

Poesía y ética suelen viajar juntas. Claro que puede escribirse un poema alejado de toda intencionalidad ética... Pero siempre queda el autor imposibilitado de evitarnos. Puede el escritor desaparecer ese único e hipotético poema, pero al mismo tiempo desaparece el autor como ente literario. En fin, un verso — no ya un poema — puede ser todo lo deplorable que se desee: ese verso, único e inevitable, nos suministrará un océano de categorías estéticas y éticas aun prevaleciendo la especulación.

Así, la valoración de la eticidad — en cualquier sentido o dimensión analítica — verdadera de un poeta es directamente proporcional al número de versos válidos. Aclaro rápidamente que me estoy refiriendo sólo al análisis textual... Y esta muleta acompañará este mínimo ejercicio.

Lezama Lima nos dice que la eticidad unamuniana es lo que provoca su trascendencia en lo que va de secularidad (1). Quiero creer que esa eticidad se transmite genéticamente por los hilos o filamentos culturales del maremágnum hispánico, y que Ángel Menduiña recibió una apreciable cuota de la misma.

No olvidemos que Don Miguel de Unamuno nació en Bilbao, País Vasco, y que el poeta que nos ocupa es también nacido en esa región, caracterizada por una extraordinaria preservación de sus herencias culturales. Es imposible que Unamuno le sea extraño.

La anterior creencia se justifica, además, gracias a un comentario de Menduiña, a raíz de un ejercicio poético del que esto escribe, donde me expresó que no le extrañaría que en mi formación yo hubiese bebido en los manantiales de Bernard Shaw... Y según E. R Curtius  — me sigue diciendo Lezama (2) — es justamente Shaw el único comparable a Unamuno en materia de eticidad.

2

La intención poética de Menduiña es una proyección discursiva de las desviaciones éticas y morales de la — su — sociedad. Denuncia que no parece asumir posiciones ideológicas desde la perspectiva clásica confrontativa, sino desde el clasicismo anterior, erasmista, lo que nos conduce al humanismo. Un humanismo desde la contemporaneidad, que no incorpora visiones partidistas: lo cual provoca la amplitud de su marea poética y la posibilidad, nada despreciable, de poder ser asumida por un número mayor de receptores.

Esa probable ejemplaridad se confabula con el destino intencionado del poeta: destino encaminado a exponer, pero con la intención secreta de motivar, desde la literatura a los hombres y mujeres poseedores del poder convocatorio y conseguir, por mediación de los mismos, lo que podríamos denominar potenciación de la ternura.

«Hoy siento más que nunca

las muletas del alma.

Las que nos permiten perdurar

por los siglos de los siglos.»

Las muletas del alma. Nanas para despertar (2013-2019)


Su discurso, visto superficialmente, podría catalogarse de ingenuo. Pero deseo dejar clara la idea de que, en poesía, ingenuidad es sinónimo de honestidad. 

Ángel libera sus sentencias cargadas de humanismo y alejado de toda intención retórica deliberadamente intelectualoide.

«Cómo pude olvidarme de andar el camino

Que se abrió interminable al frente de mis pasos.

De soltar mi melena a los cuatro vientos.

De encender una sonrisa en el rostro que quise.»

El olvido. Nanas para despertar. (2013 - 2019)

Me parece que este hombre se involucra en la literatura con una visión social, pero sin consideraciones políticas (no me refiero a la política verdadera: aquella que es creativa o intenta serlo para servir a la sociedad y no para torcerla en beneficio propio o al servicio de una ideología partidista). No le he preguntado, pese a nuestra cercanía intelectual... Pero, podemos imaginar una respuesta: ¿cómo confrontar entonces — sin las espadas de la poesía por Ángel escogidas — todo aquello que le resulta deleznable e injusto?

«Hay discursos vacíos 

y silencios que lo dicen todo.

Infiernos en la gloria 

Y gloria en los condenados.»

Sabiduría. Cicatrices. (2018 - 2019)


Su proceso contradictor de las disfunciones sociales desde una perspectiva poética en un planeta globalizado e interconectado es meritorio en sí mismo. Y en su poesía es frecuente encontrarnos con explícitos bramidos de protesta:

«Hay quien quiere

poner voz a mi garganta;

galopar

sobre mis piernas la ciudad.»

Hay quien quiere. Foro de Poesía "Poematrix"


Su espada poética, desafiante, no suele aplacarse ni en la declaración amorosa:

«Te quiero simplemente 

por ser como eres;

por todo lo que sientes,

Y no por lo que trepes.»

Te quiero. Foro de Poesía "Poematrix"


El poeta no puede renunciar a ser un sujeto insertado en una sociedad que lo victimiza, reproduce los efectos de esas taras sociales y los expone... Siempre o casi siempre el poeta se apoya con su mejor estocada en materia de recurso poético: la antítesis.

«Un detalle; tan sólo un detalle,

te deja en la calle.

Usurpa tu hogar.

Un detalle insignificante 

te da en un instante 

la felicidad.»

Un detalle. Cicatrices. (2018 - 2019)

No podemos exigirle que refiera las causas. Esa es tarea de filósofos, economistas y políticos... Hasta el día de hoy parece que no hay consenso...


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Su proteios radica en la antítesis como dijimos y comprobaremos más adelante y no esencialmente en la metáfora. El empleo de las denominadas figuras del lenguaje como recursos poéticos pareciera (y este término está conjugado en pretérito imperfecto con toda intención) que, deliberadamente, en Menduiña es limitado.

Él mismo es consciente de esa realidad y lo ha reconocido:

«En realidad escribo por intuición; no me acojo a ninguna regla ni a ningún tecnicismo. Lo que me sale de adentro: En la manera que ese día me sale. A veces con rima, a veces sin ella. Totalmente libre, cómo el mundo que anhelo» (4)

Debemos tener en cuenta esa declaración al analizar su poesía.

Ahora bien, el verdadero concepto de metáfora — y ya sabemos que es uno más, aunque probablemente el más importante en mi opinión, de los tropos existentes — se justifica como  «ver algo de otra manera»: transportamos algo de una significación a otra para aclarar — tal vez con belleza y elegancia —, no para obscurecer... Y es excesivamente frecuente observar esto último hasta en poetas muy reconocidos.

En este sentido, Ángel Menduiña cuenta con un aliado poderoso (y no soy yo, lo reconozco, independientemente del poco favor que le haría aun situándome de su parte de una manera incondicional), un aliado presente en lo más selecto de la literatura universal: Ernesto Sábato.

En un ensayo titulado Acerca del estilo en su polémico libro El escritor y sus fantasmas, nos dice: «... no hay palabras poéticas sino hechos poéticos; hechos que deben ser expresados en la forma más transparente y ceñida posible, con palabras sencillas que no se interpongan entre ese hecho y el lector».

Más adelante afirma: «Todos los grandes escritores escriben con sencillez, pero casi siempre a costa de mucho esfuerzo». Por último, citando al extraordinario Pascal, nos deslumbra con una frase ejemplar: «Cuándo uno se encuentra con un estilo natural, se queda asombrado y encantado: porque esperaba hallarse con un autor y se encuentra con un hombre». (3)

Existe, en el caso de nuestro poeta, evidencia probatoria de lo que aseguran esos dos colosos: Menduiña es muy valorado en los foros de Internet donde concurren, para mi asombro, una apreciable cantidad de poetas y aficionados a esta notable modalidad literaria para publicar sus trabajos poéticos. Ha ganado y resultado finalista en varios certámenes de poesía y ha colaborado en antologías y revistas literarias.

Como ya hemos dicho, su poiesis suele manifestarse en complejas — incómodas — antítesis que intentan zaherir a los culpables que identifica y generaliza.

«Por aquellos (...)

Que confunden al que besa y al que muerde.

Al que da y al que todo lo arrebata.

Las luces y las sombras.

Los llantos y la risa.»

Lamentos. Nanas para Despertar. (2013- 2019)


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Vamos a ver si podemos aclararnos mejor algo de todo lo que venimos diciendo. Nada mejor que analizar un poema representativo. A mí el que más me motiva desde el punto de vista formal se titula, precisamente, «Formas»:

FORMAS.

Hay mil formas de engañar a quien confía.

Con mentiras y faltando a la verdad.

Con el poder que se otorgan 

Los que habitan en las sombras.

Los que esquilman la confianza que les dan.

Hay mil formas de robar a un semejante.

Por la noche, con dos guantes y antifaz.

Con discursos persuasivos 

que acaban en el olvido.

Con corbatas y propuestas de igualdad.

Hay mil formas de apresar a una persona.

Con cerrojo y cadenas para atar.

Con leyes que se reinventan 

o estrategias que se intentan.

Con el miedo, la desidia o lo falaz.


Hay mil formas de matar a un ser humano.

Con un rifle, con las manos o un puñal.

Con promesas incumplidas 

o palabras omitidas.

Con acuerdos rubricados con la paz.

Cicatrices. (2018 - 2019)


Cuatro quintetos de igual estructura con dodecasílabos en 1, 2 y 5; octosílabos en 3 y 4. El primer verso de cada estrofa es blanco siempre con palabra llana al final.

Se verifica rima asonante entre los octosílabos y entre los dos versos restantes de arte mayor. Hago notar que la rima de esos versos de arte mayor se cumple para las cuatro estrofas con terminación en palabra aguda finalizada con el acento en la vocal "a". La rima de los octosílabos es válida en cada estrofa pero, a diferencia de los dodecasílabos, varía en cada una de ellas.

Los dodecasílabos cumplen el conocido ritmo silábico acentuado en 3, 7 y 11. Todos tienen un acento supernumerario en 1 (diez veces inicia verso el monosílabo «con»). No abundaremos en la historia de este metro, pero baste decir que su heredero fue el endecasílabo... ¿Por qué? Bueno, entre otras causas que se apartan de este trabajo, porque las variantes que ofrecía el dodecasílabo eran muy ¡monótonas! Y en este poema casi todos los octosílabos también muerden en 1 y 3. Todo lo dicho implica un poderoso riesgo: ¡monotonía! Y ya dijimos que en 8 de los 20 versos del poema hay asonancia aguda con "a". ¿Sabía el poeta en qué telaraña formal se estaba introduciendo?  Como veremos, evidentemente no.

Si se realiza el esquema rítmico del poema comprobaremos el vilipendiado sonsonete que tanto se evita en la poesía moderna. 

Garantizada la monotonía y reforzada, además, con ese leimotiv del inicio de cada estrofa: «Hay mil formas de...».

Pareciera que el poeta lo hace ex profeso (y no es así) y la pregunta es: ¿cómo  puede salvarse un poema actual de semejante desastre? Veamos: allí están esos versos 2 y 5 de cada estrofa con los referidos onomatopéyicos sonidos para desacomodarnos con algunas bofetadas poéticas empleando una controversia donde la denuncia alcanza su clímax... Ese juego de oposiciones, donde Ángel es espadachín consagrado, salva, y no sólo lo salva sino que hace vencedor a este poema. Es increíble que el escritor no haya planificado toda esta tramoya poética.

Con algunos versos certeros este poema nos otorga el sabor amargo de lo político más que de lo social, pero con elegancia poética y con marcada intención de alejarse del burdo discurso pseudo ideológico que muchos suelen emplear.

Siempre tuve mis dudas con respecto a la composición de este poema. El título, y lo que he intentado resaltar, me hacían sospechar de un poeta bien arropado de recursos técnicos hasta que Ángel me escribió:

«Me ilusiona y te agradezco que te hayas tomado el trabajo de un análisis tan profesional. Me ha ayudado a entender mi propio poema. Había cosas en las que ni yo me había percatado, pero tienes toda la razón».(5)

¿Notan el candor? Un hombre vanidoso hubiera discurrido un poco en el asunto dándose ínfulas de intelectual de altas resonancias. Este poeta declara públicamente que no pretendía prácticamente nada en cuanto a la estructura formal expuesta arriba. A propósito, el comentario de Menduiña se complementa a continuación con el otro donde reconoce que escribe por intuición.

El mayor sorprendido en todo esto, por supuesto, fui yo... Por ejemplo, este servidor, cuando se dispone a volcar al papel determinado contenido poético, piensa en endecasílabos. Si lo que deseo expresar es mejor dicho desde otro metro pues me voy a ese metro, pero realizando un esfuerzo mental que no ocurre con el empleo del endecasílabo. Otros escritores conozco que les sucede lo mismo con el octosílabo y hasta rápidamente la décima o espinela se les despierta en el cerebro... Pero: ¿dodecasílabo acentuado en tres y siete? ¿De cuáles lecturas misteriosas le llegó a nuestro poeta tan extrañas reminiscencias? Algo sí me quedó muy claro: es honesto (el que no lo sea, por favor, abandone la poesía) y tenía un inusual talento.

No puedo despedir este trabajo sin referirme a  lo que considero una verdadera estocada poética:


CRECIÓ AL REVÉS.

Creció su nombre.

Creció su fama.

Creció su poder.

Lo que termina por ajarse.

Lo que no te hace.

Lo que no se es.

Lo que te hace pequeño.

Insignificante.

Creció al revés.

Publicado en el Foro de Poesía "Poematrix".


Ni siquiera asumiré la molestia de averiguar si es estrictamente correcta, desde el punto de vista gramatical el uso del pronombre reflexivo «se» intentando modificar la tercera persona del presente del verbo «ser», en el verso compuesto íntegramente por monosílabos: «Lo que no se es »... Me interesa que lo sea desde el punto de vista poético y para mí, sencillamente, es genial.

Cada vez que leo esta joyita me represento los ejes de unas coordenadas cartesianas: se verifican cuatro posibles proyecciones ortogonales: la de «Creció al revés» sólo puede ser la de abajo a la izquierda con números negativos en los dos ejes.


5

Poseo un criterio que imagino conservador y polémico.

Lo ejemplificaré desde el arte pictórico: un pintor puede ser todo lo abstracto que desee y superponer cuadros y círculos en determinadas o indeterminadas maneras. Un crítico o un magnate dueño de una reconocida colección de arte elogia o compra ese cuadro y el efecto inmediato es el reconocimiento y la fama de ese pintor.

Pero, si ese pintor no es capaz de crear una obra desde la perspectiva de alguna otra escuela clásica, aunque sea un ejercicio demostrativo, entonces yo, como consumidor de una propuesta estética, tengo todo el derecho a creer que no estoy en presencia de un artista sino de un farsante.

No es mi intención — Dios me libre — convencer a nadie de la falsa necesidad del metro, la rima, determinadas figuras del lenguaje o el ritmo regular: pero estoy convencido de que el ritmo, así sin apellidos, es imprescindible a la poesía. Lo demás es la denominada prosa poética (que posee determinados presupuestos) que respeto, y en el peor de los casos — y la mayoría de los casos — parrafadas sin sentido o intentonas «poetoides» con intentos de versos absolutamente deplorables, que ignoran el carácter mágico - vidente de la poesía. 

No puedo cometer el pecado de encomendar a esos  últimos a la prosa porque allí rehusarán  del esfuerzo preparatorio y la constancia que la prosa requiere. 

Ángel Menduiña ha declarado no poseer preparación formal orientada al ejercicio poético. 

Creo haber demostrado que posee talento innato y un oído bien educado en innumerables lecturas — amén de la herencia hispánica que le corre por la sangre y a la que hicimos referencia al iniciar este intento de acercamiento al poeta.

Menduiña sabe perfectamente que siempre se puede obtener ganancia en la preparación y en la adquisición de instrumentos técnicos para enfrentar la página en blanco con más posibilidades de transmitir sus inquietudes poéticas de la mejor manera posible.

Lo anterior se puede lograr con un mínimo esfuerzo. Poseer y dominar estos instrumentos formales puede añadir valor agregado  — si se me permite el término — al discurso poético. Desdeñarlos sería imperdonable para quién ya tiene definido su phatos misionero en la poesía.

Se me antoja este poeta como un moderno Quijote armado de versos para combatir tanta fatalidad angustiosa.

Su honestidad lo transfigura en una posibilidad heroica que no debemos ignorar.


Camagüey. Madrugada del 17 de julio. 2022.

Bibliografía.

(1) Lezama Lima, José. Imagen y Posibilidad. García Lorca: Alegría de siempre contra la casa maldita. (Pág 55 - 64).Editorial Letras Cubanas. 1981. Impreso.

(2) Ibid.

(3) Sábato, Ernesto. El escritor y sus fantasmas. Acerca del estilo. (Pág 210 - 214). M. Aguilar, Editor, Buenos Aires. 1964. Impreso.

(4) Comentario de Ángel Menduiña Iribarren publicado en el foro de poesía Poematrix, en intercambio con el autor.

(5) Ibid.



POEMAS DE ÁNGEL MENDUIÑA IRIBARREN 

(Selección de Alejandro E. Ramírez)



QUISO TOCAR EL CIELO CON SUS MANOS

Quiso tocar el cielo con sus manos

Y no alcanzaba el techo de su casa. 

Quiso volar sin alas ni aeroplanos.

Ser frío como el hielo, siendo brasas.

Quiso ascender las cimas que bajaba

y descender las cuestas que subía.

Quiso vivir la vida que soñaba

Para morir soñando que vivía.



FLORES EN LA ACERA

Es difícil comprender una mirada.

Por eso hay sueños de muerte

y malditas mañanas de rojo

para siempre teñidas.

Por eso hay años de luto enmarcados como a fuego,

y fechas que jamás borra la memoria.



Es difícil compartir otra esperanza.

Por eso hay vidas cortadas.

Segadas súbitamente.

Y flores en la acera aguardando una plegaria.

Por eso las ilusiones se escurren igual que el agua,

y los bosques de peluches crecen junto a las escuelas.

Entre velas encendidas cuyas llamas nos apaga.



CÓMO PUDE OLVIDARME


Cómo pude olvidarme de andar el camino

que se abrió interminable al frente de mis pasos.

De soltar mi melena a los cuatro vientos.

De encender una sonrisa en el rostro que quise.


Cómo pude olvidarme de oír los gemidos que jamás cesaron.

De escuchar el silencio.

De ahondar en mí mismo.

De alcanzar ciertas cimas 

Que siempre estaban lejos de la miel y el prestigio.

Cómo pude olvidarme de amar lo cercano.

De desenmascarar al que día tras  día me cortaba las alas.

De entender el pasado.

De descubrir de dónde procedían las primeras balas. 

Esas, que no matan y se llevan la vida de tantos...

De tantos, que no existen nombres con que poder nombrarlos.

Que no existen tumbas donde poder llorarlos.


Cómo pude olvidarme de ser el milagro que por fin se prende.

De vivir plenamente la vida que fue mía 

y perdí en las alforjas de los devoradores 

que nunca se sacian de nuestras libertades. 



ES DIFÍCIL


Es difícil calzarse mil zapatos.

Tan difícil sentir cada razón. 

Es difícil estar donde se debe.

Hacer de cada jueves 

algo reparador.


Es difícil advertir el momento.

Tan difícil a todos dar calor.

Es difícil que alguien no me odie. 

Hablar a quien no oye.

Oír siempre a quien habló. 


Es difícil ser sombra y sol a un tiempo.

Tan difícil ser lobo y ser pastor.

Es difícil estar en equilibrio.

Encontrar el justo libro.

La precisa canción.

Es difícil cambiar nuestros cimientos.

Tan difícil,sin provocar dolor.

Es difícil ser fuego en pleno invierno.

Extinguir el infierno.

Ser una misma voz.

Es difícil llorar por cada llanto.

Tan difícil, de todos, ser doctor.

Es difícil que agrade cuanto llueve.

Saber dónde la nieve

será una bendición. 


LA ROCA IMPERTURBABLE

Se deshizo la roca imperturbable.

Aquella que era inmune.

Al tiempo.

A las batallas.

Al fuego.

A la sangre...

Se deshizo como una brizna de aire.

Como un arroyo incesante 

que de repente no fluye

Y deja escuchar el aire.

Todo parece distinto

 en ese preciso instante.

Y, sin embargo, es el mismo:

El sonido de la tarde.

(c) Alejandro Emilio Ramírez Ravelo

Alejandro Emilio Ramírez Ravelo. Nacido en 1967 en Jobabo, Las Tunas. Cuba.

Poeta, narrador y crítico literario. Ingeniero Mecánico. Universidad de Camagüey.

Segundo lugar del I Certamen Internacional de Poesía "Natalio Valbuena Parra", convocado por la Academia Nacional e Internacional de Poesía A. C. Sede Tapla. Dependiente de la Ilustre y Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. México 2023.

Tercer Premio del III Certamen Poético Internacional "Composición con la estrofa Julia", convocado por la Asociación Espejo de Alicante. España. 2023.

Tercer Premio en la modalidad de «Sonetos» del 1er Certamen Internacional de Poesía, Sonetos, Microrrelatos y Haikus " Homenaje a Juan M. Fangio", convocado por el Centro Cultural Kemkem. Argentina. 2022.

Mención en la modalidad de Poesía del II Concurso Internacional de Cuento y Poesía "Julio Cortázar", convocado por la SADE, filial Lomas de Zamora, Buenos Aires. Argentina. 2022.

Mención de Honor, Poesía, del 79⁰ Concurso Internacional de poesía y narrativa "Camino de Palabras 2023". Instituto Cultural Latinoamericano de Junín, provincia de Buenos Aires, Argentina. Seleccionados dos de sus sonetos para integrar la Antología Internacional "Camino de Palabras".

Seleccionado entre los cincuenta finalistas del IV Certamen Internacional de Poesía Aliar para integrar la IV Antología del certamen. Aliar Ediciones. España. 2022.

Finalista del Tercer Concurso Internacional de Cuento "20 años de Revista Archivos del Sur".  Revista Archivos del Sur. Argentina.   

 







2 comentarios:

  1. Encomiables la labor de la revista y de Alejandro. Muchas gracias por hacerme un hueco en ella y publicar este trabajo referido a mi obra.

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  2. Muchas gracias por contribuir con tan excelente trabajo.

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