martes, abril 13

Héctor Cediel Guzmán





SONATA DE ESPERANZA



Dedicado a mis hijos: Brianda Lucia y Héctor Ernesto 



Por amor a mis hijos, a los niños y a la vida,
lancé al azar dentro de botellitas de viento,
las semillas de mis sueños: en metáforas y versos.
La vida me enseñó a enviarle cartas al destino
¡Jamás aprendí a dialogar, con el silencio de las paredes!
ni encontré soluciones, en las celdas de los laberintos invisibles.
Aprendí de lo esotérico, de la naturaleza, del amor;
digerí realidades azotando las calles como un azotamundo
y escuchando las anécdotas de los filósofos de la vida;

así ustedes se favorecerían vivenciando otras oportunidades.
Aprendieron a descubrir horizontes y a vivir con fogosidad la vida
conociendo países, culturas… amando y viviendo sin angustias
¡Gracias a la sombra amorosa y esfuerzos de su amada madre!
Nunca crean todo o que dicen los libros, ni la historia.
Los medios de comunicación siempre han sido los pregoneros,
de ese lado oscuro que poco se conoce o divulga de la vida.
Algunos mienten, cual vulgares muertes que deshonran la palabra
¡Cada uno de ustedes, tiene que escribir su propia historia!
Jamás pierdan la oportunidad de aprender de los azotavida,
que embistieron con sueños: huracanes y tempestades;
de la ciencia diestra de quienes araron la vida con sus manos;
en una plática, un adulto mayor por humilde que sea,
les legará su sabiduría y experiencias… en ¡historias fantásticas!
y les permitirá prevenir: el cometer los mismos errores.


(fragmento)


(c) Héctor Cediel Guzmán


Bogotá


Colombia



imagen: Julio Le Parc, sin título, (de la muestra MACRO en el C.C. Recoleta, Un cruce de miradas, Sala Cronopios)

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