viernes, abril 24

Luis Alberto Ambroggio


Distancia de papel

“¿Cantaría el poeta sin la angustia del tiempo?”

Antonio Machado



Se apresuran los eventos,

pantallazos en un viaje a 300 kilómetros por hora,

y el futuro pasa por debajo de los pies.

La agenda, mi vieja agenda,

se está poblando de muertos.

Los ojos van enturbiando mis iniciales;

las fotos tienen palidez de losa.

El espejo desconoce

la telaraña de mi arquetipo.

La ciudad amanece

y se cansa en las caras.

Me sobrecoge el placer de visitar a Poe

en su tumba urbana de Baltimore.

El río desnudo

ya casi estanque y violeta.

Mi amante, una flor cansada

de tanta primavera y verano.

El argumento del tiempo

es un argumento desesperado.














La ex-comunión de los amantes




¿Qué es la muerte sino la piedra de la vida?

¿Qué es la vida sino el triunfo sobre la piedra?

¿Qué es la piedra sino el silencio?

¿Qué es el silencio sino la muerte?



EL POEMA DE LOS CUERPOS


“Tu cuerpo un dios

donde se acuesta el Alba”

Leticia Luna



Ved el poema de los cuerpos

de los dioses que se aman;

cómo se encajan y completan

en sus recodos secretos,

la posesión carnal

de un jardín divino.

Ved el poema de los cuerpos.

Miradlo en sus curvas nítidas y firmes,

suaves obras maestras habitadas en fuego.

Ved las piernas entrelazadas de amantes,

sus brazos derritiendo las piedras.

Oíd como se golpean con ruidos de olas;

el corazón abierto y la vida que los penetra;

un todo de ser vertiginoso canta latidos,

roce de cielos, volcanes de sudores dulces,

arriba y abajo de los montes.

Ved el poema de los cuerpos,

el esbozo de multitud en sus líneas,

la alas de sangre, el sol negro,

los pasillos de seda, pieles unísonas.

Recorred el poema con el lenguaje del tacto,

en la luz desnuda de la noche

acariciad el alma detrás de los ojos,

gozad el gusto supremo de frutas maduras

y volved una y otra vez,

con la fuerza del amor, sed y hambre,

lluvia flores de sol y vientos,

con aromas de sílabas, a su belleza...

al exacto poema de los cuerpos.





CÓMO ORGANIZAR EL AMOR

“...nunca hasta ahora

contemplé en el mundo

junto al volcán la flor”.

Bécquer



Lava negra, lava roja, lava blanca

y tus manos que trabajan el cuerpo.

Optas por el mandato del sol

para navegar abiertamente el laberinto

y redimir la promesa.

Ayer te regalé luz y lluvia para que aplaques

al dios de la soledad;

cuando recibas este fragmento de fuego

crea luz y crea vida.

El caudal irá arrullando cada uno

de los recodos,

elegantes instintos

y hoy, en estos instantes de fondo,

más allá del bien y el mal,

estaremos nítidamente unidos,

luego de pronunciar la explosión del voto solemne

que humedece el viento,

gozo a la vez supremo y absurdo.


Volcán del Teide, Tenerife.


(c) Luis Alberto Ambroggio


imagen: Lino Enea Spilimbergo (de la muestra Quinquela entre Fader y Berni, en la colección del Museo de Bellas Artes de La Boca, MUNTREF)

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